Fotografiar agua sedosa: todas las claves

Fotografiar agua sedosa: todas las claves

Chen Min Chun_Shutterstock

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Uno de los efectos que todos queremos dominar es el de fotografiar agua sedosa. Descubre cómo

Fotografiar agua sedosa consiste en captar el fluir del líquido elemento mientras corre. Fuentes, ríos y cascadas son las formas indispensables con las que debe contar tu foto para conseguir una toma con estas características. La estética de estas fotografías es un fondo totalmente nítido y estático donde, en cambio, el agua aparece en movimiento con una apariencia etérea, casi fantasmagórica. No te lo pienses más y ponte manos a la obra para conseguir tus mejores trabajos utilizando esta técnica.

Elige la mejor localización

Thomas Lusth_Shutterstock

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Para fotografiar agua sedosa y, si puedes elegir, la mejor opción es una cascada de cauce abundante. Las tomas con caída de agua propician un fondo espectacular y son los encuadres más representativos de este tipo de fotos. En pintura puedes encontrar muchos referentes que pueden servir de inspiración.

Sin embargo, no solo de cascadas vive el fotógrafo, cualquier parte de un río supone un motivo interesante. En estos puedes cerrar el encuadre aprovechando las piedras como elemento principal (lo que le da mayor dramatismo a la toma). En tomas más abiertas, además de incorporar el cauce, retrata las raíces de árboles que entran en el río y la vegetación. Los meandros, como el de las Hoces del Duratón, son también encuadres muy apropiados para implementar el agua sedosa dentro de la composición.

Los estanques y lagos también piden ser fotografiados con el efecto de agua sedosa, ya que, aunque están en calma, el viento produce el efecto de agua rizada, muy antiestético, que podemos corregir fácilmente configurando un largo tiempo de exposición en cámara. Básicamente debes emplear esta técnica cada vez que aparezca el líquido elemento en tu composición.

Kotenko Oleksandr_Shutterstock

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El agua de mar es capaz de conseguir unas formas muy creativas cuando dejes que se exprese con tu obturador abierto. Una puesta o una salida de sol proporcionan un marco incomparable para el efecto etéreo de las olas. Si no dispones de alguno de estos entornos naturales para realizar tus tomas, recurre al agua de las fuentes de parques y jardines, mangueras, e incluso a un grifo abierto en tu casa. Aunque esta última opción no es una garantía de fotos espectaculares sirve de campo de pruebas para conocer la técnica y asegurar la foto cuando visites localizaciones más sugerentes.

Emplea un tiempo de exposición prolongado

Fotografiar agua sedosa a nivel técnico es muy sencillo, solo necesitas utilizar una exposición larga (aproximadamente entre medio segundo y dos segundos), de modo que durante el tiempo que tu obturador permanezca abierto estarás registrando el paso del agua en diferentes momentos. El ejemplo más representativo de esto son las olas al romper contra la costa, cuyo movimiento queda plasmado varias veces en el mismo punto, de ese modo el efecto visual se asemeja a un manto de seda.

Utilizar una velocidad de obturación lenta obliga a estabilizar la cámara para que el resultado no sea una foto movida. La diferencia entre el agua sedosa y una foto trepidada es que en la primera el resto de la escena aparece totalmente estático y con gran nitidez, y el movimiento solo se refleja en el agua. Así, por ejemplo, al fotografiar un plano cerrado de un río con una piedra, ésta debe quedar perfectamente nítida, mientras el agua que corre y la rodea aparece en movimiento. Esto se debe a que el movimiento de la piedra respecto de la cámara debe ser inexistente, en cambio, el cauce del río sí que presenta una acción que queda plasmada en la foto.

Complementos básicos

Stefano Garau_Shutterstock

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Para conseguir que la cámara quede totalmente estabilizada debes emplear un trípode, así como hacer uso de un cable disparador de manera que no trasfieras el movimiento de tu cuerpo a la cámara al pulsar el botón disparador. Como encuadrar con un trípode es una tarea que requiere de una mayor planificación y tiempo, puedes previsualizar el resultado de la toma disparando con la cámara a pulso y, en caso de que el encuadre sea satisfactorio, montar la cámara sobre el trípode imitando ese mismo encuadre para concluir con una toma técnicamente adecuada.

Tigristiara_Shutterstock

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Cuando dispares a plena luz del día puedes encontrarte el problema de que la luz sea excesiva y una toma correctamente expuesta no te permita el uso de una velocidad de obturación lenta. En este caso, es imprescindible el uso de un filtro de densidad neutra. La función básica de éste filtro es restar varios pasos de luz a la toma para emplear velocidades de obturación más lenta. Así, por ejemplo, si la exposición correcta está calculada para 1/20 s, si empleas un filtro de densidad neutra (ND) de cinco pasos lograrás un aumento del tiempo de exposición a dos segundos. Los filtros de densidad neutra resultan también útiles para seleccionar el punto dulce del objetivo (diafragmas intermedios f/8 a f/11) en lugar de cerrar mucho el diafragma con la consiguiente pérdida de calidad derivada del efecto de difracción.

Texto: Daniel Santos 

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