Estudio fotográfico casero: ¿Qué necesito?

Estudio fotográfico casero: ¿Qué necesito?

Estudio fotográfico casero

Estudio fotográfico casero. Foto: Olesia Bilkei – Shutterstock

Para conseguir nuestro propio estudio fotográfico casero no hace falta realizar una gran inversión

Aprende a conseguir tus mejores fotos con un estudio fotográfico casero compuesto por los elementos básicos y a un bajo coste. Los elementos básicos para nuestro estudio fotográfico casero son, al menos, un par de flashes, disparadores, paraguas y ventanas.

La filosofía strobist (iluminación con flash de mano) cada vez va ganando más adeptos entre los fotógrafos que se animan a hacer sus primeros encargos fotográficos. Lejos de los carísimos y pesados equipos de iluminación de estudio, podemos lograr resultados muy similares cuando la potencia de la iluminación no sea un factor decisivo.

Aunque el precio de un equipo de estudio low cost es suficiente motivación, la versatilidad a la hora de transportarlo y de montarlo en exteriores donde no tengas tomas de corriente o en otras estancias que no estén preparadas como estudio, son otros dos factores decisivos para elegir esta opción.

Montando el equipo. ¿Qué necesitas?

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Foto: Tanberin – Shutterstock

Flash

Es el accesorio fundamental, sin él no hay iluminación de estudio. Aunque se logran buenos resultados con uno solo, lo recomendable es contar con, al menos, un par de ellos. Si cuentas con un tercero utilízalo como contra y crea efectos recorte en el pelo en el caso de retratos, u otros que requieran de la combinación de varias fuentes de luz. La buena noticia es que no necesitas que tengan automatismos TTL, lo que reduce considerablemente el precio. En cambio, debes asegurarte de que cuenten con potencias parciales regulables y preferiblemente modo esclavo (que haga que se disparen por simpatía, cuando salte el fogonazo de otro flash).

Disparador remoto

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Foto: George Dolgikh – Shutterstock

Necesitas de estos pequeños emisores-trasmisores (que se colocan sobre tu cámara y el flash), para que te permitan disparar el flash desde fuera de la zapata de la cámara. Es fundamental que dispongas al menos de un emisor –a colocar en la cámara- y un receptor para cada uno de los flashes. Si has adquirido flashes con función esclavo, solo necesitas un receptor para el que utilices como maestro, el resto disparan en el momento en que se produzca la descarga de este primero.

Normalmente, huimos siempre de la luz de flash frontal, por lo que sacar el flash de la zapata de cámara se convierte totalmente en necesario cuando hablamos de crear un pequeño estudio fotográfico casero, o de lograr buenos resultados con strobist. Otra ventaja de los disparadores remotos es que suelen venir con una rosca para trípode o pie de flash, lo que hace posible que lo acoples de manera muy sencilla.

Pies de flash

Lo recomendable es contar con uno por cada flash. Si no quieres invertir en este tipo de pies, usa tu trípode y trata de recolectar otros antiguos y endebles que ya nadie quiere con el mismo fin. Al contrario que cuando se trata de colocar una cámara sobre él, aquí la estabilidad tiene poco valor. Los pies de flash tienen la ventaja de que pueden lograr una mayor altura.

Fija tus flashes sobre el pie a través de un receptor inalámbrico, o bien con un soporte específico (si vas a usarlos en modo esclavo). Muchos flashes vienen ya con una pieza extra que hace de soporte y cuenta con una rosca para trípode.

Paraguas y ventanas

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Foto: Tutti Frutti – Shutterstock

Su función es suavizar la luz del flash. Como la dureza es una cualidad de la luz que depende del tamaño de la fuente de iluminación respecto al sujeto, el fogonazo directo del flash es muy pequeño en comparación con la mayoría de motivos a fotografiar y eso hace que aparezcan numerosos brillos y sombras muy pronunciadas.

La solución es emplear un difusor tipo paraguas o ventana de luz con el mayor tamaño posible, ya que cuanto más grande es éste, más suave es la luz. Dicho esto, los paraguas son recomendables a partir de un metro de diámetro, aunque se logran buenos resultados con algunos de 80 centímetros disponibles, por cierto, a precios muy asequibles.

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Foto: Renewer – Shutterstock

Reflector

Encontrarás muy útil este accesorio para rellenar sombras en exteriores rebotando sobre él la luz de un flash principal. En estudio puede suplir un flash secundario, pero ten en cuenta que la cantidad de luz que hace rebotar es mucho menor que la original del primer flash. Existen algunos reflectores que se recogen en un tamaño muy pequeño y que puedes llevar fácilmente en una mochila.

Portafondos

En exteriores en los que aprecies el fondo natural puedes prescindir de este accesorio, sin duda, el más pesado e incómodo de transportar. Por el contrario o en interiores que no cumplan las condiciones de estudio resulta imprescindible. En el mercado encontramos portafondos que ya incluyen una tela blanca y otra negra. Te recomendamos estos dos fondos como básicos (neutro blanco y neutro negro) para empezar a hacer tus pinitos con tu estudio fotográfico casero; con el tiempo puedes ir incorporando distintas texturas o colores.

Geles para flash

Son una serie de films transparentes que se colocan sobre el flash para modificar su temperatura de color. Permiten jugar con dicha gradación en cada parte de la escena sin tener que modificarla totalmente. Se consiguen efectos muy potentes combinando luz cálida (naranjas y rojos) con luz fría (azules o verdes).

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Foto: Sfio – Shutterstock

En el estudio fotográfico casero

Ahora que ya tienes el equipo necesario, es hora de sacar toda tu creatividad y conocimientos técnicos y crear un esquema de luz que se ajuste a las necesidades del proyecto al que te enfrentas. Ten en cuenta que cada situación requiere de una iluminación diferente, y que existen tantos esquemas de luz como seas capaz de crear.

Texto de Daniel Santos adaptado por Isabel González 

 

 

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