Depilación definitiva doméstica | ¿Es posible?
La depilación definitiva doméstica es posible, aunque los aparatos que puedes comprar para casa no se pueden comparar con los que utilizan los centros especializados. Eso sí, en cuanto a precio, no tiene nada que ver; con una inversión pequeña puedes lograr grandes resultados.
La depilación definitiva doméstica es posible, aunque los aparatos que puedes comprar para casa no se pueden comparar con los que utilizan los centros especializados. Eso sí, en cuanto a precio, no tiene nada que ver; con una inversión pequeña puedes lograr grandes resultados.No todos los sistemas de fotodepilación son iguales y, lo mismo que ocurre en los centros de belleza, se puede optar por dos opciones para conseguir una depilación definitiva doméstica:
La Luz Pulsada Intensa (IPL) es la más popular en los equipos domésticos y elimina el vello en un amplio abanico de tonos de piel. Además de su versatilidad, tiene como ventaja que es prácticamente indolora. También tiene puntos negativos, y es que se necesita hacer un par de sesiones de recuerdo al año para que se mantenga la piel sin vello.
El láser, por su parte, es un método más duradero; tanto que en muchas ocasiones el vello desaparece definitivamente. Por el contrario, es algo doloroso y es necesario optar por un tipo de láser adecuado al tipo de piel y de pelo. En cualquier caso, ambas opciones consiguen resultados.
La verdad de la depilación definitiva doméstica
La verdad de la depilación definitiva doméstica¿Funcionan los sistemas domésticos igual que los de los centros? Funcionan, aunque no igual, ya que los aparatos que podemos comprar para usar en casa tienen menos potencia y son necesarias más sesiones para lograr un resultado similar. Lo cierto es que se consiguen resultados, aunque con el transcurso del tiempo es bastante probable que se necesite alguna sesión más de refuerzo (más en los sistemas de luz pulsada que en los de laser). Es bastante posible que pruebes en alguna zona de tu cuerpo especialmente fastidiosa (ingles o axilas son dos ejemplos clásicos), y cuando veas lo bien que funciona y que son tratamientos casi indolosos y sin efectos secundarios, sigas con piernas, brazos o incluso cara (donde hay que tener mucho más cuidado por la sensibilidad de la piel).
