Así funciona la realidad virtual

Seguro que en los últimos tiempos te estás hinchando de escuchar, ver y leer cosas sobre la Realidad Virtual, y quizás te hayas preguntado cómo se lograr recrear entornos tridimensionales realistas. Te lo vamos a explicar. Así funciona la realidad virtual.

Empezaremos por los más simples, los modelos móviles. En estos, es la pantalla de nuestro smartphone la que reproduce directamente el vídeo. En el caso de las Google Cardboard VR, si las aplicaciones están preparadas para RV, podremos ejecutarlas y experimentar lo que el desarrollador haya querido diseñar. El acelerómetro y giroscopio del móvil determinarán si estamos moviendo la cabeza hacia un lado u otro y, por tanto, la respuesta de la aplicación irá variando consecuentemente. En las Samsung Gear VR encontramos más tecnología y controles, como una rueda para ajustar la alineación de nuestros ojos, otra para acomodar el volumen, una toma de auriculares y una superficie táctil como elemento de control. Pero, sobre todo, las gafas de Samsung incluyen una de las IMU’s más avanzadas de la industria. Esta IMU, o Unidad de Medición Inercial, es un dispositivo electrónico que controla hacia dónde estamos moviendo la cabeza y con qué velocidad. Es un conjunto de sensores –acelerómetros y giroscopios- que superan en precisión a los que pueda contener nuestro smartphone. Así funciona la realidad virtual en los móviles.

¿Cómo funciona en equipos estacionarios?

En el caso de equipos estacionarios –Oculus Rift, PlayStation VR y HTC Vive-, el ordenador manda el vídeo a través del cable HDMI a los ‘displays’ OLEDs integrados en las gafas. Entre las pantallas y nuestros ojos existen unas lentes especiales que se encargan de enfocar y redefinir las imágenes para cada ojo creando un efecto estereoscópico en 3D a partir de imágenes en 2D. ¿Y el campo de visión? Aunque pareciera lo contrario, no es necesario un campo de visión de 360º. De hecho, los HMD de gama alta sólo proporcionan entre 100 y 110º de visión, que es lo que nuestros ojos son capaces de captar. A esto hay que sumarle el ratio de refresco de los ‘displays’, con un mínimo de 60 fps para no sentirnos mareados. Oculus, por ejemplo, funciona con una tasa de 90 fps, que ofrece una visión muy estable. Otra de las claves es el seguimiento de la cabeza que hacen estos aparatos. Un seguimiento que no debe tener apenas lag o retardo -50 ms como máximo- entre nuestro movimiento de cabeza y lo que observan nuestros ojos. En el caso de las Oculus Rift, este lag se ha minimizado a los 30 ms y PlayStation VR a 18 ms. ¿Cómo rastrean nuestros movimientos de cabeza? Para ello cuentan con giroscopios, acelerómetros e incluso magnetómetros, entre otros. En el caso de PlayStation VR, además, usa los nueve LEDs que tiene distribuidos alrededor del casco y que son visibles por una cámara  conectada a la consola PlayStation 4. De esta manera, sabe posicionar con mayor exactitud hacia dónde estamos mirando.

Así funciona la realidad virtual en cuanto a controles

Y por último, y no menos importante, la experiencia de RV requiere de unos controles que nos permitan interactuar con el entorno virtual que estamos viendo y reflejar cómo se mueven nuestras manos dentro de él. Es decir, si bajamos la mirada hacia nuestras manos, el sistema debe ser capaz de mostrarnos cómo se están moviendo en cada momento. Cada sistema estacionario tiene su propia forma de solucionar este aspecto: Oculus Touch, controladores Valve Lighthouse y PlayStation Move. Otros sistemas HMDs que están en fase de desarrollo utilizan una tecnología de Eye Tracking, en la que sensores de infrarrojos registran el movimiento de nuestros ojos y el sistema virtual actúa en conformidad.