¿Cómo de seguro es realizar pagos con un smartwatch?

¿Cómo de seguro es realizar pagos con un smartwatch?

Es tan sencillo y peligroso llevar tus tarjetas virtuales en la muñeca, que todavía levanta ampollas el tema de los pagos con sticks o mediante smartwatches. ¿De verdad hay algo de lo que preocuparse?

Los pagos con las versiones virtuales de nuestras tarjetas se realizan vía NFC (siglas del inglés, Near Field Communication), una tecnología básica en el desarrollo de estas operaciones. Se ocupa de establecer comunicación y transferir datos entre dos dispositivos, con el único requisito de que ambos, emisor y receptor, cuenten con esta dinámica, que se materializa en un chip NFC.

En principio, es de tipo inalámbrica, bastando con que ambos dispositivos se acerquen, aunque en algunos casos es necesario que se toquen levemente. Sí, sirve para realizar pagos entre un smartwatch, un smartphone, algún wearable o un datáfono compatible (los pagos contactless con tarjeta física también son posibles gracias a esta tecnología). Pero seguro que has oído hablar de la leyenda de que algunos ciberdelincuentes usan un receptor NFC y lo aproximan a los bolsillos, donde suelen encontrarse guardadas las carteras con las tarjetas de crédito, para usurpar el dinero sin meterte la mano en el bolsillo. Bien, esto debemos reconocer que es cierto y algunos receptores hackeados de la manera adecuada pueden realizar una transferencia no autorizada con esta tecnología.

Sin embargo, los sistemas de seguridad que rodean a todos los dispositivos NFC es cada vez más alta. En este sentido, la doble verificación implantada hace pocos meses por normativa europea supone añadir un paso más al método de verificación de identidad. No obstante, te recomendamos que lo compruebes de manera manual y actives, si es que todavía no lo has hecho, el check vía SMS o código de dígitos para autorizar la operación. De esa manera, sabrás cuándo se realiza un movimiento con tus tarjetas, y si eres tú el que realiza la compra, bastará con que uses un código numérico vía SMS, tarjeta de códigos, Face ID o con reconocimiento de huella dactilar para autorizar la operación.

Garmin Pay, Apple Pay…

Pero, volviendo al tema de los pagos con smartwatches, debes saber que cada fabricante compatible con pagos NFC ha creado su propia plataforma para llevar a cabo estas transacciones. A su vez, las entidades bancarias poseen sus propios sistemas con el mismo fin. También Google ha apostado por esta dinámica y ofrece su servicio Google Pay, que es de tipo generalista. Ojo, no todos los comercios o datáfonos son compatibles con todas las plataformas de pagos NFC, así que conviene preguntar primero antes de acercar la muñeca…

¿Cuál es el proceso?

Es sencillísimo: basta con vincular el reloj a una tarjeta bancaria, generando así una especie de monedero virtual integrado en la aplicación móvil de cada dispositivo.

Pero, entonces… ¿son seguros los pagos?

Todas las plataformas de pago juran y perjuran que sus sistemas poseen los más altos niveles de seguridad. Hasta ahora no se han producido brechas graves de seguridad y el sistema parece bastante robusto, pero hecha la ley, hecha la trampa. Claro que, en caso de robos a gran escala, son los bancos los que responden de las consecuencias del fraude. Por tanto, respondiendo a la pregunta: ¿son seguros los pagos NFC? Sí. ¿Es un método de pago infalible? No, pero para eso están los filtros que programan las entidades bancarias para autentificar una, dos y hasta tres veces tu identidad con métodos distintos (chequeo del número de teléfono, contraseña de más de 7 dígitos, huella dactilar…) cada transacción.

¡Ah! Y otra cosa que debes tener en cuenta es que tu entidad bacaria debe estar asociada con la plataforma de pago del reloj que quieres adquirir. Si te compras un iWatch y eres cliente de un banco que no incluye a Apple Pay entre sus socios para operaciones NFC, habrás hecho un pan como unas… Pues eso.

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